Esta va por ti, muñeca

Eras, siempre eras o fuiste. Dejé tu aire y dejaste mi memoria. Tal vez yo sólo pude ser la mierda que pisaron tus botas, esas largas que llegaban hasta tus rodillas y que te hacían lucir como una callejera. Me excitaban. En aquellos días yo hubiera podido ser el perro al que siempre dabas patadas cuando recordabas que había sido un regalo de tu ex novio.

Ahora puedo escuchar aquel disco de "Los panchos" por el que una vez te supliqué, casi hasta las lágrimas para que no lo rompieras, y no lo rompiste con la condición de que no lo volvería a escuchar mientras tú estuvieras presente. Tengo las bocinas a todo volumen y tengo un gato amo a los gatos; recuerdo que no podías ni verlos porque comenzabas a estornudar sin parar, y hubo un día en el que imaginé verte morir de estornudos. Tiempo pasado, tiempo pasado.

Ahora ya soy el hombre, el que decidió que nuestro destino estaba destinado a no serlo... el destino es una pendejada que inventaron los mediocres, los mediocres como el estúpido que tienes por "pareja", así purifica sus culpas y tus pinches engaños.

"Pareja" ja-ja, le llamas así porque el wey no sabe que ni a novio llega, pero él cree que es porque le das un lugar más importante o eso es lo que le conviene creer.

Hoy tú perdiste todo tu encanto, te perdiste tú, ya no eres la misma, ahora eres una más, con tus uñas detalladas con diamantes, ya no usas más las botas de puta, te maquillas y te tiñes el cabello, bueno, sigues siendo una maldita perra, pero con estilo, y de esas abundan en exceso. Ya ni te puedo odiar sino tan sólo sentir lástima, tanta lástima, eres lo que nunca quisiste ser, ahora sueñas con las grandezas que nunca tuviste y hasta tal vez piensas en casarte, de blanco, sobre todo ¡de blanco!

Me das asco.