sábado, abril 25, 2009

Borradores

Cerraste la puerta como si tras ella quedara encerrada toda la oscuridad del mundo. Y yo, te busque en mi proa te busque en mis océanos, pero tu estela había desaparecido junto con el norte. No hay pasado, no hay futuro repetían las olas, y en su locura procuraban convencerme.

La cortina de la noche que en otra ocasión nos había cubierto, hoy nos abrumaba, y no pude más encontrarte. Quería remendar esta herida en los pies, o tal vez los mismos pies ebrios, pero ya nada funcionaba: la saliva en tu cuello o mis dientes mordiendo tus manos.

Tenia el hambre te tu selva, y tú solo fuiste migrante, velero de un nocturno de luciernagas que ya no dibujaron un verso nuevo.

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