Oprimes mi aire, vigilas a cada segundo la entrada del oxigeno en mi cuerpo. Una herencia que nunca quise. Estos rugidos por las noches me despiertan y me digo: soy yo. Tal vez en mí encierro a otro, como la mayoría pero el mío sale y me enferma y quiere matarme y me asfixio porque no tengo opción porque tengo que hacerlo. . Las cuerdas oprimen mis pulmones, mis bronquios se ahogan entre porquería que yo mismo creo.
¿Quién soy sino el inconsciente? Al que dicen: no pongas fuego en tu boca, menos tú, menos tú. Soy aquel que no corre, aquel que entre jadeos muere.
1 comentario:
Eres tú. Sólo tú el que está dentro de ti. El que prende el cerillo en tu boca y después entra a tus pulmones. Cuán difícil es vivir sin sufrir por tener una mala salud, un mal organismo...
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