Para Ana
Escucharte le dió un nuevo significado a la palabra extrañar. Estás tan lejos, millones de gotas de lluvia nos separan pero podemos tocarnos con una risa, como este acordeón que acaricia mis oidos susurrandome el aroma de un abrazo con ritmo de tango electrónico. Por momento vi tu rostro pero te vi, sentí como como si todos estos años se compactaran en 26 minutos. Dos corazones comparten la misma sangre, laten al mismo compas, tic tac, tic tac, un siglo de espera y la casualidad ocurre, tic tac, tic tac. El tiempo es ambición de angustia, pero no puede más que nuestras voces en la aurora de un presente que te enfría las venas y me calienta el alma. Sinfonía de unidad y reconocimiento de un tesoro que parecía tan perdido y hoy no termina de reencontrarse.
1 comentario:
El viento de verano trae las hojas del mango y el naranjo, su transitar siempre es largo, cansado.
Pero al final el reencuentro surge, para formar un nuevo fruto, un nuevo arbol, un nuevo viento de verano...
Saludos!!!
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