Loa a Dios, dueño del universo (EL Corán, Sura Primero Vers. 1)
En el principio creó Dios los cielos y la tierra (La Biblia, Génesis Cap. 1 Vers. 1)
¡Oh Autócrata!¡Independiente Supremo! En forma directa e indirecta controlas
Y confundes a grandes dioses y genios En Ti medito, en el de Eterna Gloria
(El Srimad Bhagavatam, Capítulo 1 Las preguntas de los Sabios)
En el principio creó Dios los cielos y la tierra (La Biblia, Génesis Cap. 1 Vers. 1)
¡Oh Autócrata!¡Independiente Supremo! En forma directa e indirecta controlas
Y confundes a grandes dioses y genios En Ti medito, en el de Eterna Gloria
(El Srimad Bhagavatam, Capítulo 1 Las preguntas de los Sabios)
El ser humano ha transitado por varias fases religiosas a través de la historia. Es por esto que han surgido diversos movimientos, unos que han tenido más fuerza o auge que otros que aún en nuestros modernos días prevalecen. En este momento recuerdo una de las más recientes para nuestra época moderna, aquella que se atribuyera a Friedrich Nietzsche: Dios ha muerto. Muchos podrían discutir el valor de esa frase, su significado y esto nos pondría horas a dialogar sin llegar a un punto en el que todos tengamos acuerdo. Por ejemplo, desde la primera palabra está aceptando la existencia de un Dios sin referirse a uno en particular: ¿Qué Dios es el que murió? Desde mi perspectiva Nietzsche sabía que su propuesta era por demás ambiciosa, sentar por hecho algo intangible es como golpear al aire, y la humanidad es tan necia como ningún otro ser, tanto que continuamos golpeando al aire.
Dios no ha muerto, pero desde el principio de la creación, evolutiva y creacionista, el ser humano(humanidad) ha sido un ser individualista. El ser humano caza cuando tiene hambre no importándole la otra especie a la que mata, el ser humano recolecta frutos sin importarle conservar ese fruto para que siga existiendo. De esta forma el ser humano ha ido creando también un Dios (dioses) y ha limitado la creencia de Dios a la especie humana. Un ser humano no concibe que otra especie pueda ser más evolucionada que él, cuando en verdad los animales y plantas se han ido adaptando a las circunstancias que el hombre ha impuesto y el mismo hombre no se adecúa del todo a ellas mismas. Por ejemplo: el smog, las plantas pueden consumir esa contaminación y purificar el aire. El hombre se muere.
Sin embargo, el hombre en los últimos años ha querido sentir que aún es superior, y ha declarado que Dios ha muerto. El hecho de que diversos movimientos sociales y filosóficos declaren la inexistencia de Dios es por demás absurdo y ambicioso. El hombre ha tomado por cierto que Dios no existe para justificar una libertad que es realmente inexistente. Igualmente desde el principio de la creación, evolutiva y creacionista, ha estado siempre subeditado a una autoridad, el hombre necesita imposición, y esta es Dios. De tal forma Dios no adquiere una forma física exclusivamente religiosa, sino que trasciende a cualquier objeto, y es entonces donde la omnipresencia adquiere otro sentido.
Así, los científicos que dicen no creer en Dios no se dan cuenta de que por un lado niegan su existencia, pero al llegar a su casa se postran frente a su altar y en el pulsar de un botón Dios aparece frente a ellos en la pantalla de una televisión a través de una novela o a través de un sonido musical, y todo lo que hacía cinco minutos habían negado se viene abajo. O aquellos que marcan de indiferente a Dios de las acciones humanas o aún terrestres, persiguen el dinero, se consuelan en él, lo idolatran y están sometidos al dinero, y Dios es dinero.
Sin duda la imagen de Dios es más abstracta de lo que podamos comprender y rompe las barreras religiosas para estar en todas partes, es absurdo creer en su no existencia planteada de esta manera: Dios es necesario para el ser humano porque el ser humano necesita incansablemente creer en algo, no importa si es un objeto físico o ideológico, debe tener un Dios en el cual pueda protegerse.
La relatividad ha dado posibilidades infinitas a Dios y a la Humanidad para creer en Dios de diversas formar y ha dado la oportunidad de que Dios controle a su creación de formas igualmente infinitas. Negar a Dios es negar la naturaleza humana de sumisión.
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