Hoy abrí el periódico que compré en la tienda de la esquina. Como la mayoría de la gente que compra el diario, deseché todo sólo para quedarme con la parte más importante: los clasificados. La situación económica esta tan jodida que uno, con título en mano debe de ver si en el periódico alguien necesita un comunicólogo, un pedagogo, un LAE, un contador... o un terapeuta.
Siempre es interesante leer lo que allí publican. Podemos encontrar desde familias que buscan perro, hombres que buscan mujer, doctores que buscan pacientes, oraciones, prostitutas que buscan clientes, o bueno, prostitutos también. Para todos los gustos hay.
Pero el anuncio que realmente llamó mi atención fue este que ahora transcribo: Carpintero busca árbol con buen tronco para creación de escultura femenina. Urgente. Comunicarse al Cel. 044 961 16 8 54 XX con Geppetto Hernández.
No pasó mucho tiempo para que tomara el teléfono y hablara con Geppeto. Detrás del patio trasero de la casa hay un árbol que me pareció idóneo para el trabajo. Al viejo carpintero le interesó cuando se lo describí: tiene como dos metros de altura, es grueso, más robusto que yo y tiene muchas ramas. Como mi descripción no fue eso, una descripción, Geppeto llegó a visitarme en menos de una hora y sí, parecía de su agrado. El anciano contemplaba el árbol, casi lo besaba, lo abrazaba con ternura para medirlo, se alejaba, se acercaba, sin decir palabra alguna.
Después de un rato se acercó a mí y tras aclarar su garanta dijo:
–¿Cuánto va a querer por él? – Dijo el viejo – Pues se lo regalo, yo de todos modos lo iba a tirar porque pienso hacer una galera allí, para mis perros– y continué con mi pregunta que no podía esperar más en mi cabeza: –¿Qué estatua hará usted con él?–
–Me tengo que ir tío –interrumpí
–Yo también– me dijo mientras caminamos hacia la puerta –el fin de semana vengo a cortarlo– dijo mientras yo cerraba la puerta y me quedaba pensando en que me gustaría ser carpintero.
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