Perdido

Hace varios días que no me encuentro, me extravié y no me he podido encontrar, busqué en mi habitación, en la azotea, en las tinieblas, pero no, ni una huella, ni un olor, ni un sonido de mí. Alguien me dijo: “pega carteles en las plazas con tu foto” pero la verdad es que no tengo ningún rasgo característico: una cicatriz, un lunar que me distinga, color de pelo… normal, ojos… ojos color café oscuro, nada sobresaliente. Lo peor es que la desesperación comienza a hacerse más y más grande, cuando me digo: “qué sólo estoy” “necesito de mí” “qué haré si mí”, y es que uno no sabe lo que tiene hasta que se pierde uno mismo.

Me extraño, siento que mis pasos no son los mismos, que el silencio no es el mismo, que el aire es más denso; siento que mi piel me aprisiona, que mis ojos comienzan a ver visiones o que fallan al transitar de las letras.

No es cosa de broma, ojalá pudiera serlo. He salido a buscarme por los lugares que frecuentaba y no, nadie me ha visto, he telefoneado a mis amigos pero no saben nada de mí. Hasta he dejado la puerta de la casa entreabierta por las noches por si de casualidad aparezco mientras duermo. Ojalá supiera donde estoy, parece que me hubiera tragado la tierra, que el suelo abrió sus fauces para llevarme al infierno, al pinche infierno y que el pinche diablo ya no quiso dejarme salir.

Me perdí y no me di cuenta sino hasta dos semanas después, Si alguien sabe mi paradero por favor comuníquese conmigo para que vaya por mí. Esta vez no volveré a escapar, no volveré a perderme, por lo menos no tanto tiempo.

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